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Un verano de texturas.

El Mood: El proyecto 072019 es primariamente malva, con un toque frío de gris menta y de amarillo claro arena.

Son imágenes inspiradas en la nueva realeza nómada y me lo tomo como algo personal. Me he enamorado de las rocas.

«Mi libro familiar de cuentos de Hadas» sin los retratos sólo los paisajes. Son verdaderos momentos encontrados en la vida real.

La isla de Sifnos y Poliegos han sido la meca de los artistas, exploradores y viajeros durante miles de años y estoy segura de que hay una razón para ello. Un imán de gran poder se sienta en su núcleo lanzando su red sólo capturando los que encajan en su peculiar garra. Mis palabras no son para contar una historia sino para describir los pensamientos que me vienen a la mente desde mi última visita. A veces son importantes.

Olas violentas durante una experiencia de verano se traducen en un recuerdo melancólico, lo suficientemente inspirador como para sentarse y dejar pasar las horas recordando la irónica alegría. Las variadas texturas de la naturaleza se pueden sentir en las superficies de las grietas y agujeros medio llenos de agua. La vulnerabilidad es belleza. El silencio hace un ruido mucho más grande. Nos recuerda que somos frágiles pero fuertes.

Una roca ovalada sostiene a la niña que está salvando a su padre del reflejo del agua, hipnotizada por su traducción.

Me llevaron a un lugar sin retorno. La energía se detuvo. El sabor del oro con una neblina de polvo púrpura cubre los pinos que dan sombra a un barco lleno de gente. Celosos de la soledad, queriendo más tiempo para pensar, llega un momento en el que uno ya ha tenido suficiente del mundo exterior y no anhela demasiado.

Ir más lento para encontrar el orden.

Plumas invisibles caen de un cielo azul claro. Detrás del muro hay otro muro que conduce a otros cuatro muros. Sé que están ahí porque ya he estado aquí antes. La lluvia vendrá otra vez y se llevará las conchas, estableciendo un nuevo comienzo sin la misma línea torcida.

Nunca llamaron a casa.