Hay dos cosas que siempre me han llamado la atención. Una es la obligatoriedad del servicio militar. Recuerdo la primera vez que supe que había mujeres obligadas a hacer la mili. Lo contó una compañera israelí cuando estudiaba Bellas Artes y Fotografía, y nos enseñó las fotos que había hecho cuando le tocó hacer el servicio. Sé que hay otros países que también hacen esto, así que no estoy dándole un toque a Israel. Es solo que mi primera noción de la mili para mujeres está relacionada con este país, en el que casualmente tomé esta fotografía hace poco en un viaje a Jerusalem.
La otra cosa que me llama la atención es la facilidad y la actitud de algunas personas al empuñar un arma. Conozco a gente, y de hecho tengo amigos que llevan armas, y es algo que me hace sentir muy incómoda.
Para mí es muy sencillo: las armas matan. Yo no quiero matar a nada ni a nadie, ni quiero que me maten a mí o alguien a quien quiero (o a cualquier persona, en realidad).
Mientras paseaba por la zona comercial del centro de Jerusalem vi a un grupo de chicos con ametralladoras. Charlaban y se reían con sus armas colgando en la espalda. Empecé a hablar con una de las chicas, la de la fotografía, y me explicó que todos eran militares. La imagen me impactó y le pregunté, de broma, si podía disparar una foto. La chica posó amablemente para el retrato con una gran sonrisa mientras sostenía su metralleta fuertemente y con orgullo. Personalmente el resultado me parece interesante, especialmente el contraste entre una chica rubia y guapa y esa enorme arma.
Os invito a compartir vuestra opinión sobre las armas y las leyes que las regulan. Es un tema muy importate que tenemos que tratar de forma seria.
Y por favor, si estáis inspirados, compartid también vuestra opinión sobre el poder de la fotografía.